
si rechazamos la ilusión de la fe, el consuelo de Dios y las fábulas de la religión, si preferimos querer saber y optamos por el conocimiento y la inteligencia, entonces lo real se nos aparecerá tal como es: trágico. Pero más vale una verdad que mata de inmediato la ilusión y permite no perder del todo la vida sometiéndola a la muerte en vida, que una historia que consuela en el momento, sin duda, pero no toma en cuenta nuestro verdadero bien: la vida del aquí y ahora.
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